Un estudio reciente de la Universidad del Danubio de Krems, cerca de Viena, ha demostrado por primera vez una relación causal entre el uso de teléfonos inteligentes y la salud mental. La investigación, publicada en la revista BMC Medicine, concluye que reducir el tiempo de uso del móvil a menos de dos horas al día puede tener efectos significativamente positivos en el bienestar psicológico.
El estudio, liderado por el profesor Christoph Pieh, dividió a los participantes en dos grupos: uno redujo el uso del teléfono a un máximo de dos horas diarias, mientras que el otro mantuvo su uso habitual, que promediaba cuatro horas y media al día. Después de tres semanas, los resultados fueron contundentes.
El grupo que limitó su uso del móvil mostró una disminución del 27% en los síntomas depresivos, un 16% menos de estrés, un 18% de mejora en la calidad del sueño y un aumento del 14% en el bienestar general. Estos hallazgos sugieren que reducir el tiempo frente a la pantalla puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud mental.
Sin embargo, el estudio también reveló un desafío importante: los efectos positivos no se mantienen si no se sostiene el cambio de comportamiento. Después del ensayo, los participantes volvieron a aumentar su tiempo de uso del teléfono, lo que provocó un empeoramiento de los síntomas psicológicos.
“El desafío no consiste solo en la reducción, sino también en el cambio sostenible del comportamiento de uso”, explicó el profesor Pieh. Aunque reconoció que limitar el uso del teléfono a menos de dos horas al día puede ser difícil de cumplir, especialmente en un mundo cada vez más digitalizado, destacó la importancia de establecer hábitos saludables.
Este estudio es pionero en demostrar una relación causal entre el uso de teléfonos inteligentes y la salud mental, y sus resultados podrían tener implicaciones significativas para la forma en que abordamos el bienestar en la era digital.
Recomendaciones prácticas
- Establecer límites diarios: Usar aplicaciones o funciones del teléfono que ayuden a monitorear y limitar el tiempo de pantalla.
- Fomentar actividades offline: Dedicar tiempo a actividades que no involucren dispositivos electrónicos, como leer, hacer ejercicio o pasar tiempo al aire libre.
- Crear rutinas saludables: Evitar el uso del teléfono antes de dormir para mejorar la calidad del sueño.
En un mundo donde el uso del teléfono móvil es casi omnipresente, este estudio ofrece una guía clara para equilibrar la tecnología con el bienestar mental. Reducir el tiempo frente a la pantalla no solo es posible, sino que puede ser transformador para la salud psicológica y emocional.